miércoles, 15 de julio de 2009

¡En boca cerrada no entran pájaros!

En el siglo XVII se contruyó una bonita estatua ecuestre de Felipe III para adornar el centro de la Plaza Mayor. La estatua fue fundida en hierro en Florencia por Juan de Bolonia y fue finalizada por Pietro Tacca.


Foto sacada de la web: www.losmejoresdestinos.com

Actualmente la boca del caballo está sellada, aunque en su origen el caballo tenía la boca abierta...

... Y es que, tras el destozo de la estatua por militantes izquierdistas antimonárquicos durante la proclamación de la II República (1.931), se pudo comprobar que el interior del caballo estaba lleno de pequeños huesos y plumas de pajaritos que se habían colado a través de su boca.

Cuando el escritor Juan Cristobal restauró la estatua después de la Gerra Civil, selló su boca para evitar que más pajaritos se posaran sobre ella y entraran por la garganta del caballo hacia una muerte segura.


Foto sacada de www.elpais.com


Fuentes:
"Madrid Oculto". Marco & Peter Besas. Ediciones La Librería

2 comentarios:

  1. Buena historia. Uno de los cuentos cortos que apareció en uno de los libros de mi padre -creo que es "Cuentos del Retiro"- trata sobre los pájaros que caían en la estatua.

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  2. Bueno Mario, ya iré a cotorrear los libros de Madrid de tu padre, jejeje, por si me puedo llevar alguno prestado.

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