sábado, 24 de octubre de 2009

Restos visigodos en Colmenar Viejo

La Dehesa de Navalvillar, en el término municipal de Colmenar Viejo, y a tan sólo 4 Kilómetros de la localidad, alberga un rico patrimonio cultural y arqueológico de la época visigoda en la región de Madrid. Los yacimiento arqueológicos de Navalvillar y de Navalahija, así como la necrópolis ubicada en el interior del recinto de la Ermita de Nuestra Señora de Los Remedios, son huellas que demuestran la existencia en la zona de asentamientos humanos hispano-visigodos de marcado carácter rural.







Varias fotos del Yacimiento Arqueológico de Navalvillar

Para visitar el yacimiento de Navalvillar, accedemos a la dehesa por la talanquera de Remedios, junto a la Base Logística Militar de San Pedro y recorremos apenas 15 minutos por un camino rural de baja dificultad. El camino es bonito, con el cerro de San Pedro al fondo, y con evidencias de la intensa actividad ganadería vacuna. Encontramos fuentes, abrevaderos para los animales... Esta vez las vacas pastaban a lo lejos.
El yacimiento es fácilmente identificable, porque está vallado y un cartel a la entrada nos explica que es de época visigoda de los siglos VI y VII después de Cristo y que consiste en un establecimiento rural dedicado principalmente a la ganadería ovina. La excavación consiste en varios edificios que servirían de vivienda (identificadas por la existencia de tierra oscurezida por las cenizas del hogar), establos, almacenes, todos ellos cercados por un muro de piedra. Las cabañas tenían un zócalo de piedra y paredes de adobes. Como cubierta se usaban tejas o maderas y barro. Se cree que el complejo rural pudo ser reutilizado en el siglo XIII, en plena Edad Media.

Foto: Plano con indicación de las diferentes estancias, según C. Abad (Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid

A pesar de que el paseo haya sido breve, sabemos que volveremos a la dehesa mil veces en nuestra vida, así que decidimos que otro día visitaremos el yacimiento de Navalahija y fotografiaremos la necrópolis de la Ermita de nuestra querida Virgen de los Remedios.

Fuentes:
http://www.arqueologiamedieval.com/

domingo, 11 de octubre de 2009

El Panteón de la Casa de Alba

Loeches es un pueblo pequeño de 6.000 habitantes que se encuentra en el Sureste de la Comunidad de Madrid, entre Alcalá de Henares y Arganda del Rey. Fue habitado en las épocas celtíbera y árabe y el origen de su nombre es posiblemente vasco, puesto que esta zona fue repoblada con pastores vascones durante la Reconquista.

En el siglo XVI, pertenecía al señoría de la familia Cárdenas. Una de las hijas de esta familia se hizo monja y fundó en 1.596 un convento de Madres Carmelitas conocido en la actualidad como "Convento Chico".


Foto: Convento Chico de Loeches

En 1.633, el señorío fue vendido al Conde Duque de Olivares, valido de Felipe IV. Cuenta la tradición que el Conde-Duque quiso alojarse una noche en el convento, pero la priora le negó la entrada. Tuvo entonces que viajar a la capital para hospedarse, y en venganza, cuentan que mandó construir un convento justo al lado suyo, para hacerle sombra. Y es en 1.640 cuando se funda el Convento de la Inmaculada Concepción de las Dominicas Recoletas, actualmente conocido como "Convento Grande". Cabe destacar que su fachada está inspirada en el Real Monasterio de la Encarnación de Madrid, aunque se atribuye a Alonso Carbonell, arquitecto del Casón del Buen Retiro de Madrid. El convento fue dotado de valiosas pinturas y ornamentos, que fueron saqueados durante la Guerra de la Independencia y la Guerra Civil.


Foto: Convento Grande de Loeches


Los descendientes del Conde-Duque de Olivares fueron sepultados en la cripta subterránea del convento, hasta que Doña Catalina de Haro y Guzmán, VI Conde-Duquesa de Olivares casa con Francisco Álvarez de Toledo, X Duque de Alba. En este momento, el convento pasa a formar parte del patrimonio de la Casa de Alba.

En 1.909, Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó de Portocarrero y Ossorio, Duque de Alba y de Berwick funda en el convento un nuevo panteón, en memoria de sus padres, para su enterramiento y el de sus descendientes. Inspirado en el Panteón Real de El Escorial, cosniste en una gran capilla, compuesta de hileras de sarcófagos de mármol negro, con inscripciones en bronce dorado a fuego. Los restos de Don Gaspar de Guzmán, Conde-Duque de Olivares y su mujer Doña Inés de Zúñiga y Velasco, muertos en 1.645 y 1.647 respectivamente, fueron trasladados a este panteón. Destaca el mausoleo de la Condesa de Montijo, Francisca de Sales y Portocarrero, esposa del XV Duque de Alba y hermana de Eugenia de Montijo, Emperatriz de Francia.


Foto: Mausoleo de la Duquesa de Montijo

Descansan también los Duques de Alba y sus consortes desde 1.860 hasta el 2.001 cuando fue enterrado Don Jesús Aguirre y Ortiz de Zárate, duque consorte de Alba de Tormes. Es de suponer que tanto la actual Duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart, como su hijo heredero del título, Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, Duque de Huéscar, serán enterrados en este panteón, al ser patronazgo de la Casa de Alba.



Foto: Panteón de la Casa de Alba

Fotos: Jembres para Palomitas de Madrid

Fuentes:

La Catedral de Don Justo. Una obra de fe

"Una obra de fe". Con estas palabras, Don Justo Gallego califica la obra monumental en la que lleva trabajando desde hace cincuenta años: Una catedral dedicada a la Virgen del Pilar, en el pueblo de Mejorada del Campo, al este de la Comunidad de Madrid, a tan sólo 18 Km del centro de su capital.

Mejorada del Campo es un pueblo pequeño, de entorno a 23.000 habitantes, dedicado principalmente a la agricultura. Sus cultivos están regados por los ríos Jarama y Henares. Se fundó en el siglo XII, aunque los restos de materiales líticos demuestran que su municipio ya estaba habitado en tiempos paleolíticos.


El 20 de Septiembre de 1.925, nace en esta localidad Justo Gallego Martínez, en el seno de una familia de agricultores. De marcada fe cristiana, ingresa a la edad de 27 años en el Monasterio de Santa María de la Huera, en Soria, para consagrarse a la vida religiosa. Es expulsado al enfermar de tuberculosis, por miedo al contagio del resto de la comunidad y regresa a su pueblo natal, con la idea de construir una obra para ofrecer a Dios.


Don Justo comenzó a construir su catedral en 1.961, una obra de fe consagrada a la Virgen del Pilar, Madre de Dios, usando sus propias manos y empezando de cero, en unos terrenos privados heredados de sus padres, "hace ya 50 años". Don Justo carece de conocimientos de arquitectura, ni tiene formación alguna relacionada con la construcción, ni siquiera pudo acabar su educación primaria debido al inicio de la Guerra Civil. Planificó su obra "leyendo libros antiguos de catedrales, castillos y edificios significativos". No existen planos ni proyecto oficial para realizar la obra, "todo está en su cabeza". Su fuente de inspiración es la fe cristiana. Le apasiona el románico, por eso es el estilo que intenta aplicar más, aunque lo mezacla con otros diferentes: Torreones que recuerdan a castillos medievales, vidrieras y altura más característios del estilo gótico, una cúpula "réplica a la del Vaticano". Con más de 80 años, Justo trabaja cada día, solo o con la ayuda de sus sobrinos y de voluntarios eventuales. Descansa los domingos, pero se acerca a su catedral para recibir a los curiosos visitantes, atender sus preguntas, resolver sus dudas, contar sus historias. Es una persona amable, cercana, humilde y muy trabajadora.


Don Justo usa materiales reciclables, desechados por fábricas cercanas o regalados. Financia su trabajo por medio de donativos o alquilando o vendiendo terrenos heredados de su familia. Trabaja sin el respaldo de la Iglesia Católica y sin permiso de edificación por parte del Ayuntamiento de Mejorada del Campo.


La catedral está proyectada sobre planta de cruz latina y ocupa un terreno de 4.000 metros cuadrados. Posee tres naves, cubiertas por bóvedas de medio cañón. En la parte central, se levanta una cúpula de más de 40 metros de altura a medias de construcción. A su catedral no le falta nada, posee una cripta de 300 metros cuadrados, su sacristía, un claustro, sus torreones de 60 metros, su campanario, sus tribunas,...

El interior de la catedral está llena de escombros y de materiales de construcción amontonados por todos los rincones, las paredes están aún sin terminar y muestran ladrillos a veces rotos, colocados caprichosamente. Sorprende lo frágil que parece el entorno. Maravilla que a pesar de todo, el edificio se mantenga en pie. Hay que tener cuidado de por dónde pisa uno, hierros, tubos, sacos ... por todas partes se amontonan cosas.




Justo Gallego y su catedral se hicieron famososo en 2.005 por la participación en un anuncio publicitario del refreso Aquarius:

Fotos de: Jembres para Palomitas de Madrid

Fuentes: